Esta noche he soñado que buscaba mi coche por la ciudad, sin recordar dónde lo había aparcado. Hasta que me di cuenta de que...¡iba conduciéndolo!
Tomé conciencia de cómo iba conduciendo a lo loco, a veces llegando a callejones sin salida o dando vueltas en círculo. Y, cuando por fin entendí que tenía que dejar de buscar, seguía haciéndome preguntas sobre la calle donde había aparcado. Así es nuestra mente: busca respuestas pero no le sirven; tiene que rizar el rizo.
Este sueño es, en sí mismo, una señal para mí. Para que entienda que, la vida, no se trata tanto de buscar como de atreverse a experimentar: aprender a disfrutar del viaje tomando nuevos caminos; quizás saliendo de la ciudad de mi mente y cambiando el paisaje por otro más llano, con vistas al mar.
Con este sueño he aprendido que:
Si miro las señales, aprenderé a ver las vías rápidas, en lugar de meterme en callejuelas estrechas y con tráfico.
Si, en lugar de querer salir por mi cuenta, uso un gps de confianza, seguramente será más fácil. (Llamo a este gps mi "guía interior").
Cada cual recibe las señales que necesita en el momento justo: a través de sueños, de una frase, una conversación, etc. La manera en que nos comunicamos con esa sabiduría interior es personal.